sábado, 9 de diciembre de 2023

lunes, 4 de diciembre de 2023

Encogiendo

Mira que comento gilipolleces en este blog: que tengo sequía, que los políticos son unos hijos de puta acomodados y cobardes, que me gusta salir al mar, que esta canción es bonita y ésta es fea y utilizo, como dice mi amiga Mucha, el yo, mi, me, conmigo, como si no lo hiciéramos todos. Qué razón tiene Mucha cuando habla desde su yo, sí, su, consigo. Todos en el fondo tenemos un poquito de razón.

Pero éstas son minucias. ¿Puedo estar triste? Puedo. ¿Me puedo quejar? Y tanto.

Pero a veces va la realidad y te mete un sopapo que te encoge, si tienes algo que encoger y yo sí lo tengo.

Y es que me podía poner a hablar del viernes, que salí, que me entró de nuevo una tía, que le dije que soportaba menos a una borracha que a un borracho y que sí, que vale, que machirulo, que lo que quieras. También os podía contar la descripción que hizo de mí una chiquilla de unos veinte años cuando su novio pidió una canción de Cicatriz y notó que la tatareaba. Me dijo, y seguro que para ella era un cumplido, que qué curioso que yo conociese esa música porque yo era un viejo. Su desconocimiento, como el de estos jovenzuelos ignorantes con jota le impedía saber que los de Cicatriz, si no hubieran sucumbido a las drogas o el SIDA, serían mayores que yo. Y yo, que no me mosqueo por estas cosas, me eché una carcajada por lo de "viejo" que de verdad que hacía tiempo que no me echaba.

Al cabo de un rato llegó un chico de unos treinta y pico años que es el protagonista de mi encogimiento, pues los genes le jugaron una mala pasada. ¿Por qué? Porque no tenía brazos. Bien, lo típico es pensar: qué putada. Y lo pensé. También observé, pues cuando salgo bebo y observo, cómo lo miraba la gente. Este chico tuvo más suerte que el travesti que entró el otro día, al que todos los guachis de boquilla, izquierdistas y políticamente correctos todavía a estas alturas en pleno siglo XXI (como si importase esa tontería que dice tanto gil) miraban con media sonrisa y codazos y conversaciones de la vieja del visillo, pero sin visillo y con escaso disimulo. 

El chico sin brazos no tuvo que pasar por eso, sé que intentó una conversación con una chica, ella le sonrió porque acababan de tropezar y le dijo algo como “no te preocupes, no pasa nada”. El chico continuó andando sonriente y se giró, y ahí es cuando me di cuenta y se me vino la hostia a la cara. El chico llevaba un pañal.

Y entonces me vino la cruda realidad a la mente. Ese chaval simplemente para mear necesitaría de alguien, para abrir una puerta, para vestirse, ¡para levantarse si se cae! Y para otras muchísimas cosas que todos podemos pensar empezando por la mayoría de ellas. De hecho, sólo se me ocurren dos que puede hacer con las extremidades: andar y correr. ¿Y sabéis qué? Que yo, que le doy tanta importancia a la dignidad, me sorprendí viendo cómo el chico se iba contento por la sonrisa de una chica, porque ella no se molestaba por haber tropezado. Claro, ésas son cosas que me monto yo en mi cabeza. Yo no podría ser ese chico, lo sé. Él está hecho de otra casta, su mente tiene que ser de hormigón armado y su vida una lucha constante subastada por los ojos de un imbécil que bebe una cerveza en una barra y se queja del mundo. Y por los ojos de todos los demás imbéciles, porque a él no le vale una silla de ruedas para nada, ni un perro lazarillo, ni un sonotone y porque cosas como éstas me alejan de un Dios que sólo tuve a mi lado hasta que comencé a pensar.




martes, 28 de noviembre de 2023

Canción dedicada

Me mola la sinceridad posible, esto es, la que se puede mostrar sin dañar a una persona. Creo que hasta ahí establezco mis límites, y si alguien se los salta conmigo, entonces ya me permito algún capricho minúsculo con pinchitos de gamba.

A veces das con gente con la que sabes que te vas a llevar bien sí o sí. También se da el caso contrario, ¡y tanto! Pero cuando se da precisamente éste, me encuentro tranquilo.

A mí me leen un máximo de entre seis y diez personas y creo que algún persono también. Hace años me visitaba Antonio, un tipo entrañable que parecía que entendía a este memo, que siempre me comentó con respeto y con alguna broma y al que yo respondí también con alguna broma de las mías o en alguna de las entradas en las que me metía con los catalanes, y un día desapareció para siempre. Podrían hacer un club las personas que desaparecen para otros y para siempre. Estaría siempre lleno de desapariciones y entre ellos nunca podrían contar unos con otros o habría enormes fallos de cálculo no sólo de riñón, sino también de persona, pero cambiarían de club y les pasaría siempre lo mismo, aunque da igual porque seguramente el hecho de pertenecer a tantos clubes es justo lo que les hace divinos.

También me comentaba Elvis y hasta me planteé hacerle una visita cuando me dijo el sitio de Cantabria donde vivía, que era un lugar donde siempre paraba yo a comer, de camino al País Vasco. Leyendo a Elvis sí me di cuenta de que, por lo que contaba él y lo que contaba yo, el menda que escribe (en este caso yo) era demasiado fascista en estos tiempos presentes para ser tolerado por los tolerantes a los que tolero.

Luego me di cuenta, como tantas veces en la vida, de que yo no soy el ombligo del mundo, que Antonio tenía problemas personales jodidos y que Elvis vayustasabé, igual dejó este mundillo de los blogs. También me di cuenta con el paso del tiempo y el pasotismo de mi familia y gente conocida, de que ni siquiera llegué a ser la parte sucia de la pelusilla de un ombligo de un gordo sucio y sudoroso de ésos que se meten el dedo en la nariz hasta que se sacan un moco sangrante y se lo llevan a la boca, donde lo chupan y muerden antes de tragarlo. Pero para lamentaciones ya hay un muro y para lloriqueos ya están los hombres blandengues del Fary.

Porque lo que pretendía decirte a ti, que has sido sincera conmigo, que no me has hecho daño y que me has hecho reír, es que para compensarte por las palabras que me has dedicado, diciéndome que últimamente da un poco de respeto entrar en mi blog, que se ha convertido en un espacio para masoquistas.

Y como te respeto y te aprecio a ti, que sabes perfectamente quién eres, A, si algún día de éstos decides visitarme dejando a un lado esa idea tan terrible que tienes de mis entradas sobre caras de ano, ratas, judíos y palestinos, y aprovechando que se acercan unas fechas entrañables, te brindo esta actuación estelar, arte español en estado puro. A mí no me gusta porque tengo gustos raros; de hecho, tampoco me vuelve loco la intérprete, es de ésas que si estoy empalmado me desempalma hasta tal punto que el miniyó buscaría refugio en mi propio culo. No te digo más, y perdona por la imagen mental que te acabo de mostrar :-(, pero a estas fechas entrañables les corresponde una señora entrañable y por si quedara alguna duda, ella te lo demostrará también de manera entrañable.

Un besito en el dedo gordo del pie. Me repito como el ajo, pero me caes de puta madre.




viernes, 24 de noviembre de 2023

Sequía

Estoy pasando por tiempos de sequía y sólo percibo aspereza. Arena seca, pero también arenas movedizas y los viernes, cuando me aventuro, no os voy a engañar, noto humedad a mi alrededor. Mucha humedad, tanta que me podría ahogar. ¿Serán espejismos?, ¿tal vez cantos de sirena literales desde el agua?, ¿cuentos forjados por el alcohol? Ese alcohol que ni me quita la sed ni me olvida las ganas.

El caso es que noto humedades y ando con tiento para no caerme a un charco, y las acequias de los arrabales tienen principalmente dos problemas: 1- discurren por zonas peligrosas y 2- tienen el camino marcado.

Los cobardes que tememos a ciertos peligros (no a los falsos) preferimos pasar sed que beber de un manantial contaminado. Ni siquiera los más cobardes como yo beberían tranquilos con una pastilla potabilizadora ni con carteles que pretenden sosegarte para que des un buen trago. Bah, mis rarezas, yo no bebo de donde beben todos. De ahí la puta sed.

Y el camino marcado, y tan profundo que sólo discurre por el surco que le han fabricado, y cuando se sale, quizá por necesidad o ausencia de espacio, pega un salto para volver. De esta manera, cuando pretendo refrescarme me doy de bruces con la arena. Y entonces vuelve a mí la necesidad de explorar porque aquí quieto acabaré seco.

 



sábado, 18 de noviembre de 2023

Ayudas al harte y a la curtura - II

El largometraje se llama “Pieles”, y lo veo con una colega que a los diez minutos se levanta y se larga, que no le insista, que no, que no y que no. Menuda fascista. Bien, yo quiero mi conclusión, así que… me la veré entera. Y solito. Onano, siguiendo la costumbre.

Bueno, el argumento es sencillo, una telaraña que los que a veces escribimos ya sabemos cómo se maneja: se comienza la idea por el final y ya podemos manejarla desde el principio.

¿Argumento? Es lo de menos, pero intentaré relatarlo. De todas maneras aquí de lo que se trata es de forzar lo escatológico para creerse un nuevo creador pionero en algo. Pero no, chique, no. Forzar lo hace cualquiere.

SINOPSIS:

Un pederasta paga por follarse a una niña de once años que no tiene ojos. El pederasta, lo sabremos después, es el padre de un niño que se corta las piernas con un cúter porque es gay y quiere ser sirena. Ese niño también es hijo de una señora que vomita y lo maltrata.

Como decía, el pederasta paga a una señora gorda y mayor que en el primer minuto nos enseña su cara, pero al abrirse el plano nos topamos con que está en pelotas. En pelotas desagradables. Ya, es natural y tal. Bien. Para mí es desagradable.

En otra escena, luego sabremos por qué y es que se van uniendo todas las historias sueltas, hay una niña que en vez de una boca tiene un ano con pelos. Y claro, va a un restaurante donde la camarera, una gorda mórbida se ríe de ella cuando ella le pide una especie de sopa que se bebe por el culo.

Después de reírse de ella la mórbida se va a una especie de puticlub donde la madame es una enana y le ofrece a la niña sin ojos que ya ha crecido. Y allí mismo la pajea con una mano.

La siguiente escena es la de un gordo pajeándose con una foto de su novia, que tiene la cara completamente desfigurada, y mientras se pajea lo pilla su madre y lo echa de casa. Es curioso lo bien que hace su papel el pajillero porque se le ve empalmado y todo. Secun de la Rosa se llama el grandísimo actor y también participaba en la serie Aída, como la del ano en la cara, o como Carmen Machi o alguno más, que todo queda en la pandi, de eso se trata la cultura apañola, de pertenecer al grupito y darse premios entre sí, como los Planeta, los Ondas y cada uno con su club.

Mientras Secun se pajea, su novia de la cara deformada se está follando a un tío con la cara quemada. Pero es que además, mientras esos momentos de placer se suceden, una enana embarazada decide dejar su personaje de muñeco, esto es, su trabajo porque quiere estar tranquila para dar a luz a un niño que también tendrá acondroplasia, en otro guiño al genial e indiscutible Almodóvar, antes mencionado como Peeeedrooooo tan activista, progre y ultracatólico porque todos tenemos contradicciones, incluso los ilustres, los genios y los pioneres.

La chica que tiene un ano con pelos en vez de una boca atropella al niño que quería ser sirena y lo mata, pero es un atropello accidental puesto que él, como no acababa de cortarse las piernas con el cúter decide ponerlas en la calzada para que un coche se las aplaste con la mala fortuna de que se desangra y muere y se juntan los padres y la madre vomita al saber que su marido es pederasta.

Si habéis llegado hasta aquí es que la película os puede interesar. Bien. La gorda mórbida que pajea a la chica sin ojos, le roba dos diamantes que hacen de ojos y para no ser descubierta se los traga, por lo que luego nos deja dos imágenes muy agradables. Una cagando mientras muge y otra, metiéndose una goma con agua por el culo para extraer los dos diamantes que finalmente salen acompañados de restos de heces.

También hay tramas más pequeñas que la de la enana y que acompañan a este frenético argumento con duelos interpretativos en el que algunos la cagan con una intencionalidad y esfuerzo insultantes. Por ejemplo, una mini trama es en la que dos poligoneros quieren violar a la cara de culo y es cuando ella escapa de los poligoneros cuando atropella al niño sirena. Pero finalmente la pillan y cuando le van a dar por culo, ven que en vez de un ano tiene una boca, pero uno le mete la polla por el trasero, en la boca con lo cual se lleva un mordisco del copón.

No obstante todo eso, la chica del ano con pelos cumple años y lo celebra con el padre, que le regala un disfraz de unicornio para que no se le vea el ojete y ella sopla las velas con ventosidades. Vamos, esto es en líneas generales la película.

Además de este argumento artístico y cultural tiene, hay que reconocerlo, algún punto escatológico que quizá pase de soslayo. Y por supuesto es merecedor de una subvención de 317.000 euros aunque sólo recaude 18.000.

 

 


Ayudas al harte y a la curtura - I

Er cine apañó es grande. Enorme. El Peeeedroooo, la Pene, el Bardem, el Banderas, el tipo ése que mira a la vez al este y al oeste. Yo soy un tipo raro, no me mola er cine apañó. Joder, no me mires con ese careto, yo no me meto con tus gustos, allá tú, ahí no me encontrarás.

El caso es que con estas propagandas de los lobbies gays, la cultura progre y esas cosas con las que me quieren contaminar los fachas, decidí inmiscuirme en un asunto que me llegó al ordenador por esos curiosos algoritmos que te envían cosas que se suponen relacionadas con tus gustos y están todo el día dale que te pego con fachitas de mierda que siempre me dicen lo mismo, no como todos los canales de la tele que me dicen lo contrario, esto es: lo buenos que son los palestinos y la amnistía ahoranó y ahorasí y esas cosas que tanto repite la gente con una incoherencia que se ha transformado, sino en virtud, en modo de vida al uso.

Lo que no entiendo es que los algoritmos de internet también me envíen publicidad para alargar el pene. Pero ése es otro tema en el que no voy a entrar :..-(

Resulta que alguien dijo que a un tal Eduardo Casanova lo habían subvencionado con un millón de euros para realizar una película. Yo lo recordaba porque, como la mayoría de actores de este sitio, hacía de sí mismo, es decir, de mariquita, digámoslo en español antiguo, bruto y machirulo, en una serie que me hacía reír mucho, Aída, donde la falta de corrección política y el humor negro la hacían especial para mi gusto. Hoy en día muchos de esos guiones serían imposibles de reproducir sin recibir cientos de denuncias de los ultracatopusdemitas, y seguramente sería cancelada en este arcoíris de libertad de expresión, pero al revés.

Entonces me puse a buscar de qué iba el tema, y me salió el verificador de noticias de Ana Pastor (sí, la empresa es suya, tócate los cojones con la imparcialidad). Claro que en este caso no hablo de Ana Pastor la ultracatólica del PP, sino de Ana Pastor, la ultracatopusdemita de la Secta. Y decía que eso no era cierto, que sólo había una subvención de 317.000 euros, y que no era cierto que sólo habían visto la película 2.700 personas, sino alguna más. Y que Torrente había recibido grandes subvenciones también (…).

Claro, el tema es que yo he pedido algunas subvenciones para mi trabajo. Esto tiene otra historia detrás, digamos que yo estoy en contra de las subvenciones, pero como veo que por todas partes las pide todo Cristo con mayores ingresos que yo, y muchísima gente de fuera (sí, esto es verdad no me lo ha dicho un algoritmo de internet, de hecho, tramito algunas ayudas que os subirían los colores si tuvierais vergüenza —vale, esto no os lo digo a mis lectoras, sino a la gente que no me lee—). Sigo: el tema es que he pedido tres subvenciones, alguna de las cuales era bastante importante para mí y no pasaba de mil pavos, y me han denegado las tres. Que se ha agotado el presupuesto, que el año que viene lo intente y que mierdas varias. Luego reparten entre los colegas, que de gilipollas sólo tenemos las nueve primeras letras si es que la elle se divide en dos.

Bien, entiendo entonces que Eduardo Casanova, para recibir una subvención de 317.000 euros, tendrá unos méritos y unas expectativas fuera de lo común. Y como estoy un poco harto de los mensajes fascistas, decido extraer mi propia opinión y veo que antes de la subvención ha dirigido otro largometraje. Bien, decidiré por bí bisbo, perdón por el catarro.